En los últimos 60 años la población urbana se ha multiplicado siete veces, mientras que la rural solo se ha duplicado. El crecimiento demográfico urbano ha creado una presión sobre la infraestructura de agua y saneamiento existente.
El reto de mantener en condiciones funcionales la infraestructura de agua y saneamiento implica reducir las vulnerabilidades de la misma ante los eventos hidrometeorológicos extremos, así como los daños en las líneas de conducción, fugas, suspensión temporal, de las plantas potabilizadoras, tuberías obstruidas o rotas, daños y pérdidas de acueductos rurales, lixiviación de los vertederos de basura y manejo inadecuado de los desechos sólidos que obstruye los alcantarillados.
El Plan Estratégico Nacional 2014-2019 (PEG) estableció entre sus prioridades dotar de agua y saneamiento, hábitat digno, seguro y saludable a toda la población, elementos esenciales para mejorar la calidad de vida de amplios sectores de la población. Para ello el PEG definió un plan de inversiones por B/.5,396 millones que representan el 27.7% del total de inversiones para el período 2014-2019.
El 68% (B/.3,687 millones) se destinarán a infraestructura para agua y saneamiento; el 30% (B/.1,635 millones) serán invertidos en tecnología para el manejo de los residuos sólidos y alcantarillado sanitario y pluvial; y el 2% (B/.74,3 mil) restante para reforzar la recolección de basura en las ciudades.
Un ejemplo de ello es el Proyecto de Saneamiento de Panamá dirigido a solucionar el problema de las aguas residuales en la capital y zona oeste de la ciudad, vertidas a las quebradas, ríos y otros afluentes, lo que produce alta contaminación ambiental y genera riesgos de salud para la población.
Adicionalmente, en este quinquenio se construyen los sistemas de alcantarillados sanitarios de las provincias que todavía no cuentan con estos.
Por su parte el MEF realiza el ejercicio presupuestario para abordar el mantenimiento de la infraestructura de agua y saneamiento existente como la que se construye en el marco de este Plan.